En algún encuadre de lectura marxiana hemos alcanzado a leer acerca de las grandes robinsonadas de los economistas liberales de la época en cuestión. El concepto circulaba alrededor de la idea del self made man, el hombre que se forma a sí mismo lo que, desde el punto de vista de la economía implicaba la total expulsión del Estado de cuestiones entre particulares.
En definitiva ésta "idea" conformaba en realidad una ideología que amparaba a la mano invisible de los mercados autoregulados. Situación que llevada a extremos argentinos termina conformando un neoliberalismo á la argentina, esto es, liberalismo económico a ultranza con exclusión política de las mayorías populares (hablamos del viejo conservadurismo político redivivo que muta y se transforma vía cooptación y corrupción de amplios sectores políticos opositores).
¿Quién era Robisnon Crusoe?, dentro de la novelística británica, Daniel Dafoe, escribe acerca de éste náufrago que queda librado a su suerte en una isla desierta tras el hundimiento del barco en que viajaba. El Sr. Robinson se las arregla para sobrevivir y llegado el momento conocerá un aborígen al cual inculcará sus ideales provenientes del colonialismo británico de la época. Robinson sobrevive en base a su propio esfuerzo y autocontrol. Esos valores vistos como propios del personaje, traducen fielmente la cultura imperante en la cual se formó.
Queremos decir, el náufrago no buscó ese destino, las circunstancias lo llevaron por determinados derroteros y allí quedó librado a su suerte, pero aún allí, en su lucha contra la muerte logra salvarse tanto por su esfuerzo como por las condiciones sociales que le permitieron conocer técnicas e instrumentos que sólo se conciben socialmente.
En todo momento lo social se hace presente aún cuando la iniciativa individual permita elegir, generalmente las elecciones están atadas y condicionadas a intereses de las mas diversa índole.
No podemos culpar al náufrago por esa circunstancia ni tampoco creer que el individuo lo es todo en forma aislada.
El mito neoliberal naufraga en su propia pestilencia, reclama que no hagan olas mientras trata de asirse a cualquier madero circundante a costa de quien sea para salvar su propio pellejo.
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