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Bicentenario, Lola Mora, R. Arlt, Inmigraciòn, peronismo, Eva, Walsh, Eternauta, Oestherheld, Humor, Soriano, Diego, 2001, Rep, 2010!.

lunes, 31 de octubre de 2011

Robinsonadas

En algún encuadre de lectura marxiana hemos alcanzado a leer acerca de las grandes robinsonadas de los economistas liberales de la época en cuestión. El concepto circulaba alrededor de la idea del self made man, el hombre que se forma a sí mismo lo que, desde el punto de vista de la economía implicaba la total expulsión del Estado de cuestiones entre particulares.
En definitiva ésta "idea" conformaba en realidad una ideología que amparaba a la mano invisible de los mercados autoregulados. Situación que llevada a extremos argentinos termina conformando un neoliberalismo á la argentina, esto es, liberalismo económico a ultranza con exclusión política de las mayorías populares (hablamos del viejo conservadurismo político redivivo que muta y se transforma vía cooptación y corrupción de amplios sectores políticos opositores).
¿Quién era Robisnon Crusoe?, dentro de la novelística británica, Daniel Dafoe, escribe acerca de éste náufrago que queda librado a su suerte en una isla desierta tras el hundimiento del barco en que viajaba. El Sr. Robinson se las arregla para sobrevivir y llegado el momento conocerá un aborígen al cual inculcará sus ideales provenientes del colonialismo británico de la época. Robinson sobrevive en base a su propio esfuerzo y autocontrol. Esos valores vistos como propios del personaje, traducen fielmente la cultura imperante en la cual se formó.
Queremos decir, el náufrago no buscó ese destino, las circunstancias lo llevaron por determinados derroteros y allí quedó librado a su suerte, pero aún allí, en su lucha contra la muerte logra salvarse tanto por su esfuerzo como por las condiciones sociales que le permitieron conocer técnicas e instrumentos que sólo se conciben socialmente.
En todo momento lo social se hace presente aún cuando la iniciativa individual permita elegir, generalmente las elecciones están atadas y condicionadas a intereses de las mas diversa índole.
No podemos culpar al náufrago por esa circunstancia ni tampoco creer que el individuo lo es todo en forma aislada.
El mito neoliberal naufraga en su propia pestilencia, reclama que no hagan olas mientras trata de asirse a cualquier madero circundante a costa de quien sea para salvar su propio pellejo.

jueves, 27 de octubre de 2011

Palabras para una ausencia

La ausencia duele, duele desde la certeza de la ausencia, que es implacable. Ante la muerte no valen los paliativos de una mejor vida, unos quedan en un mundo conocido, otros pasan al mundo de lo improbable, de lo desconocido y la especulación que deja tranquilos a los vivos. 

En definitiva la muerte es parte de la vida, de nuestra vida, sin ella no existiría la vida, estaríamos ante la presencia de los Gilgamesh inmortales, ante lo insoportable de lo infinito, lo que nunca acaba.  Tal vez las ausencias sean mas interesantes y generadoras de cambios que los eternos presentes.

Todos los que pasamos por esas instancias del dolor, sabemos que el recuerdo nos devuelve una imagen tal vez distorsionada y mas complaciente, pero es una visión de nuestros ausentes que marcan momentos, alegrías, pesares y acompañamientos que en definitiva nos formaron como personas. 

Es sobre la ausencia que se sabe definitiva, terminal, que algunos traemos a la memoria y rescatamos los valores positivos y negativos, pero también están aquellos que recapacitan sobre lo vivído y se dan cuenta de sus errores y sus alejamientos mezquinos.

Alguien decía que la presencia de los muertos en nuestras vidas implica un gran peso, no nos damos cuenta de ello como tampoco nos damos cuenta de la presión atmosférica que sin embargo existe. 

Socialmente esa presencia puede traducirse en memoria, inconsciente colectivo o imaginario social que reconstruye en una especie de salto cualitativo que reinventa tradiciones perdidas o reprimidas, las recupera como instancias de lucha posible, de construcción política y militancia social para el cambio. 
Podría ser esta una forma de recuperación de prácticas de resistencia y lucha contra la opresión tan presentes en nuestra historia. 
En este aspecto, Néstor Kirchner le otorgó un sentido y una dinámica propias a la lucha social y política, gestó nuevas herramientas pasibles de utilizar en ese campo tan complejo de o social para enfrentar la siempre presencia oligárquica en nuestro país. 
No es un camino fácil, pero es evidente que hay intenciones de profundizar un modelo de inclusión social enfrentando a esos históricos poderes pero con la mas aguda inteligencia. 
Una elección no implica una revolución social, simplemente marca los anhelos de una sociedad de reinventarse a sí misma, de recoger el desafío de quien se atrevió a cuestiones antes impensables, de quien marcó fuertemente que el camino del cambio pasa por la política bien entendida, la de la lucha y la resistencia constantes contra toda forma de opresión. 
Hay un muy largo camino por recorrer, la senda está marcada, hagamos honor a nuestras ausencias aunque muchas veces se escape la lógica y comprensible lágrima del recuerdo eterno.

lunes, 24 de octubre de 2011

El fuego sagrado o Prometeo a la argentina

Cuenta alguna leyenda que cada tanto Prometeo alcanza a romper sus cadenas del eterno tormento para llegar a los simples mortales a alcanzarles el fuego sagrado, el fuego de la vida y la cultura. 
Don Prometeo no se anda con chiquitas y baja del lejano Cáucaso para alcanzar el fuego sagrado a los hombres, les da la lumbre y el calor necesarios para abrigar sus fríos y noches; bien sabemos que el fuego reune a los hombres y les permite el desarrollo de la cultura, de lo social.
Ahora bien, nuestro querido país bendecido por la bondad de la providencia, los cuatro climas y el crisol de razas, ha sido el lugar propicio para tantos pesares y tragedias. Tal es la magnitud  de las crisis y recaídas que bien merece que cada tanto algún eterno dios se acuerde de él para hacer justicia con sus baqueteados habitantes. No vendría mal que Prometeo se acerque un poquito, ¿no les parece?. 
Pero no, parece ser que estos obstinados argentinos, un tanto hartos de esperar la improbable llegada divina han convertido esa espera en resistencia y lucha contra las calamidades que los azotaban y han armado su propio Prometeo. 
Piensan, tal vez con razón, que ningún diosito individual y de buena voluntad los rescataría de las grandes crisis a las que se ven empujados por los sectores del privilegio oligárquico, entonces urden un Prometeo social, en grupo, que actúa como conjunto para resistir la opresión de unos pocos. 
Y así nacen los sueños, sueños de cambios que incluyan a amplios sectores sociales completamente excluidos de todo tipo de relación. Pero los sueños inspiran acciones y en este caso, en el de la anomalía argentina, parece que los sueños también son especialmente colectivos.
No es menor pensar en los sueños, durante mucho tiempo los sueños eran sólo pesadillas que dependían de los ajustes del FMI al cual nuestro país se hallaba atado y que impactaban directamente en los trabajadores (congelamientos de sueldos, inexistencia de discusiones paritarias, exclusión social vía desempleo abierto mientras por TV te contaban las bondades del modelo).
Recuperar la iniciativa, la rebeldía, la política y la juventud movilizada es lo mejor que nos puede pasar para aventar los intereses destituyentes y golpistas de quienes siempre estuvieron y estarán al acecho para someter al pueblo a los intereses de pequeños grupos privilegiados que jamás van a pensar en beneficiar a las mayorías populares, sólo miran el interés de su propio bolsillo.
Es bueno saberse acompañado en este camino que un 54% de la población consolidó ayer a través de una participación ejemplar (79%). 
Es bueno saber que quienes colmaban las nocturnas calles de una Buenos Aires enardecida por los resultados electorales, son Prometeo en persona, pero esta vez en su corporeidad social, compuesta de diversidad, tolerancia y participación; aspectos a los cuales, aún, ciertos sectores atados a sus atávicos miedos, denostan como parte de la grasada, la negrada, los subversivos, los de mal aspecto que no cuaja en las dulces miradas de peluquería de aquellos que sólo esperan vivir tranquilos ocultando esa chusma, esa barbarie que cada tanto, pero cada vez mas seguido, se adueña de sus impolutas calles clasemedieras.

sábado, 15 de octubre de 2011

Acerca del terror y la dominación

Es evidente que hay mitos fabricados a todos los efectos de mantener situaciones de sumisión y dominación sobre el conjunto de una determinada población. Soy conciente también que este tipo de vinculación aparente debe ser estudiada con mayor profundidad para darle un viso de seriedad al tema en cuestión, no obstante y a modo de exploración, es necesario arriesgar preguntas, dudas e incertidumbres que tal vez nos vayan guiando en una ulterior investigación sobre el mismo. 


Ayer publiqué un texto de Caparrós acerca del mito de el Familiar, una especie de perro enorme que cobraba su pacto satánico con el dueño del ingenio Lules, el tal Hileret, vía manducarse cada tanto algún obrero de la zafra. 
Este señor Hileret, fundaba su poder no sólo en los amparos que la política conservadora de la época le permitía, sino que profundizaba el modelo a través de la inoculación del terror, ese terror a lo desconocido pero nombrado y verbalizado por el conjunto de la población, operaba como medio de control social bastante rudimentario pero efectivo. Hablamos de un contexto sociopolítico de desprotección laboral  de los trabajadores, la política conservadora y el fraude ligados a la falta de militancia gremial hacían posible que este sistema de dominación fuera posible y efectivo. 
Supongo que el poder territorial de los ingenios permitiría el manejo de recursos públicos desde la óptica privada, digo, la compra de voluntades de los poderes reales debería estar a la orden del día, la corruptela generalizada y la cerviz baja ante los dueños de tierras, voluntades y cuerpos en manos de pocos. Una suerte de feudo en el cual el gran señor hacía su voluntad por sobre el conjunto de la población.
Por lo que leímos en el texto, insisto que debemos profundizar el tema y éstas líneas son sólo un acercamiento al tema, la situación se revierte con la avanzada del peronismo en los gremios y la vida social misma. Tal vez un punto en común de los mitos sea la creación de una dominación concreta de la vida social ante la falta de instituciones que regulen un ejercicio del derecho de los ciudadanos. 
No sabemos si todos los mitos, creencias o leyendas operan de la misma forma y por ello sostenemos que es necesario profundizar sobre el mismo, al menos en este caso hayamos una situación concreta de dominación apoyada en la falta de extensividad de las instituciones estatales y la ciudadanía política. Inclusive el terrorismo de estado utilizó las mismas instalaciones y no es ocioso pensar que habrán rescatado el mito para justificar las desapariciones de muchos díscolos y osados que creían en un  mundo mejor.
Espero poder continuar con el tema, saludos!

viernes, 14 de octubre de 2011

Terror, dominación y política

"El Familiar era el cobrador del Diablo. Hileret había difundido, como rumor, la historia; su éxito económico era el resultado de un pacto con Satanás: a cambio de su protección, debía entregarle cada año por lo menos un peón. El Familiar - un gran perro que vivía en el sótano de la casa principal y salía en las noches de luna arrastrando cadenas- se lo comía."
"Una vez un viejo peón me dijo que todo el pueblo sabía de antemano quiénes eran los tipos que iban a ser chupados por el Familiar. Los mismos capataces hacían correr la voz de que ese tipo no llegaba al final de la zafra, y todos los sabían menos él: todos lo miraban como el futuro muerto, el futuro desaparecido. Algo de la tragedia griega: el coro sabía pero el protagonista no. La historia duró hasta el primer peronismo: los derechos sociales y los sindicatos acabaron con el Familiar. Pero en los años ochenta todavía encontré a mucha gente que lo había visto, que lo describía con detalles: cómo tenía la cara, cómo arrastraba las cadenas. Y cuando vino la Conadep, en 1985, descubrió, en el sótano del ex ingenio Lules, donde Hileret instaló por primera vez al Familiar, una sala de torturas de la dictadura."
(Martín Caparrós, El Interior, Ed. Planeta/Seix Barral, p.306)