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sábado, 16 de junio de 2012

No olvidar, bombardeos del 16 de junio de 1955



El odio clasista demostró de lo que era capaz, la patria del privilegio hunde sus raíces sobre la sangre derramada en nombre de una civilización para pocos, en diferentes épocas distintos fueron lo sujetos de esa violencia. Gauchos, aborígenes, inmigrantes, peronistas, piqueteros y tantos otros fueron el blanco privilegiado para demostrar que la patria es sólo para unos pocos. 
Desde las represiones internas a los gauchos alzados en nombre de un país federal, la guerra al Paraguay, la campañas contra los aborígenes (campaña del desierto), leyes de residencia, bombardeo de 1955, fusilamientos de 1956, terrorismo estatal y económico (hiperinflación y neoliberalismo menemista), sólo cambian la máscara con que se presentan, el fin es el mismo, mantener privilegios logrados mediante la represión del pueblo argentino.
La memoria y las prácticas democráticas extendidas son armas fundamentales para cerrar el paso al gorilismo aún presente en la sociedad argentina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta tinta y palabras se han originado en los dos atentados del 17/3/92 contra la embajada de Israel y del 18/7/94 contra la AMIA. De ellos tampoco hay grandes resultados en lo concerniente a la investigación y castigo de los responsables. Entre ambas tragedias se registraron 114 muertes y 540 heridos. Fueron producto de ataques terroristas.

Pero mucho peor fue con las víctimas de aquel espantoso jueves 16 de junio, un día como el de ayer, neblinoso, frío, otoñal y gris. Las víctimas fueron algo más numerosas que las de los dos acontecimientos anteriores mencionados en conjunto: más de 300 muertes y más de 700 heridos.

Pero no fue un ataque terrorista. No. Fue el "bautismo de fuego" de nuestra aviación naval. Si. Nuestras propias fuerzas armadas. Contra gente que, recién pasado el mediodía, iba en su diario quehacer atravesando Plaza de Mayo y sus inmediaciones. ¿Alguien se detuvo a considerar la cantidad de personas que se mueven por esa zona a las 12:40 de un día hábil? Bueno, hace 57 años era exactamente igual. Mucha gente. Gente común. Trabajadores, empleados, estudiantes, paseantes.

Tenía 14 años y vivía a 4 cuadras de Plaza de Mayo, en un viejo departamento ubicado en la esquina de México y Paseo Colón. Acababa de llegar del cole y - con mis viejos - nos preparábamos para almorzar. Yo, como muchas otras personas hoy jovatas, recordaremos ese instante de la explosión de la primera bomba a las 12:40, como si hubiera sucedido ayer.

Sin embargo una turbia conspiración mantuvo ese sangriento suceso del ataque de aviones con la inscripción "Cristo vence" a la población indefensa en un casi total mutismo. Si estamos viviendo otra era, ha llegado la hora de que escribiendo negro sobre blanco, se aclare ese cobarde ataque y se hagan públicos los nombres de todos los responsables, estén vivos o no.

Un respetuoso recuerdo para esas pobres víctimas ignoradas por la "democracia occidental y cristiana".

Saludos
Tilo, 71 años

Roque dijo...

Tito, no puedo agregar nada a tu vivencia, sólo que te agradezco que la hayas compartido en este medio. Me parece altamente valioso lo que escribiste, de esta forma se construye la memoria, junto a nuestros mayores que padecieron tantas ignominias y pueden expresarlo para que las nuevas generaciones las conozcan, las recuperen del olvido al que fueron condenadas. Nuevamente te agradezco profundamente lo que escribiste, pero no puede quedar en un comentario al margen, lo voy a subir al blog como nota a tu nombre Tito.
Un fuerte abrazo!!!!