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lunes, 25 de junio de 2012

Kosteki y Santillán (26jun2002)

26 de junio de 2002, gobierno de Duhalde, los movimientos piqueteros siguen movilizados para lograr un espacio de inclusión social. Recordemos, luego del experimento neoliberal menemista-delarruista de manos del inefable Domingo Cavallo (el mismo que estatizó la deuda privada durante la dictadura militar), el país se había transformado en un vertedero de exclusión social. Altos índices de desocupación y pobreza abierta eran los indicadores que no se mostraban del experimento que supuestamente iba a modernizar la estructura social argentina. La entrega del capital social argentino vía privatizaciones fue dinamitando una estructura social que había comenzado a erosionarse durante la dictadura, al amparo del Consenso de Washington y las constantes recetas de ajuste del FMI, nuestro país se transformo en un generador de exclusión social. El impacto se hizo sentir en pueblos del interior altamente vinculados a los antiguos proyectos de un Estado "dirigista" como le gustaba denominar a don Alvaro Alsogaray. En ese contexto de alto desempleo, exclusión e invisibilización social, la única forma erra mostrarse a través del corte de rutas, el piquete se transformó en la principal arma para demostrar lo que pasaba en distintas partes del país. El movimiento fue creciendo en magnitud e importancia. Las distintas ramas adoptaban posturas distintas ante un Estado ausente de las políticas sociales. En ese magma se conjugaban las luchas y conocimientos de distintos puntos de vista. El corte de rutas y accesos principales era mal visto en vastos sectores sociales y acicateado por algunos medios. El caldo propicio para el brutal ataque conocido como Masacre de Avellaneda estaba sembrado y alimentado desde las usinas gubernamentales. En ese contexto debemos situar el martirio de dos luchadores como Maximiliano Kosteki y Darío Santillán que fueran asesinados en manos de la Bonaerense, una fuerza que aún hoy continúa subordinada a sus propios intereses corporativos. Luego sobrevino el punto de inflexión, Duhalde debió resignarse a entregar el poder en medio de una diáspora de votos que no auguraba nada bueno. No nos olvidemos de estos mártires que, como tantos otros, abonaron con su sangre la lucha contra un poder altamente represivo y  constantemente agazapado para burlar las conquistas populares.
Por ellos y tantos otros, hoy y siempre Memoria, Verdad y Justicia!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Salvaje asesinato y dictadura represiva encubierta en manos de Duhalde como presidente....un camarografo logro filmar en vivo estos crimenes horribles, que salieron en vivo por el noticiero de ese dia...nunca mas volvieron a pasar esta filmacion en los canales de aire....

Anónimo dijo...

Concuerdo completamente, fue un salvaje asesinato de parte de grupos que se siguen manejando con prácticas de la dictadura. Aún no les llegó la limpieza...