Walsh decía que el terror se basa en la incomunicación, podríamos agregar que el poder busca con ello el efecto de aislamiento de los sujetos respecto a lo que sucede cotidianamente; aislamiento e incomunicación fueron delineando un sujeto particular para las necesidades de legitimación de proyectos socialmente excluyentes. Aislamiento e incomunicación que fueron vaciando de contenido y de sentido a cualquier ideología que no fuera la dominante, la ideología del fin de las ideologías.
Juan Villareal sostiene que hubo una ruptura de los hilos sociales de solidaridad existentes hasta la irrupción de la dictadura, estos hilos configuraban en particular un complejo entramado en el cual la sociedad argentina se desarrollaba desde la irrupción del fenómeno peronista en los años 40/50.
Para el nuevo proyecto de exclusión social basado en el neoliberalismo se hacía necesaria la constitución de un sujeto autónomo que asumiera sus propios riesgos y sobre el cual pesarían sus propias decisiones acertadas o no; la crisis de diciembre de 2001 puso en entredicho esta particular forma de dominación que se introdujo en la mente de muchos argentinos, no obstante aún hoy se escuchan los mas cerrados argumentos de la derecha política en boca de los dominados.
Feinmann sostiene que los sujetos pueden verse dominados por los medios de forma tal que terminan siendo "hablados" por los medios, no hay oposición al mensaje irradiado por quienes sólo defienden sus intereses particulares en detrimento de las mayorías. Es mas, puede observarse que se instalan temas con amplio sentido social (como la inseguridad) de forma completamente irresponsable, generando nuevamente miedo, terror e incomunicación por ocultamiento o tergiversación de la información que se constituyen en una nueva vuelta de tuerca de los sectores mas concentrados económicamente para mantener privilegios conseguidos en épocas aciagas.
Tanto costó llegar a este nuevo estado de cosas y aún queda mucho por andar, por recuperar, por corregir, lo peor que podemos hacer en estos momentos es quedar "atrapados en la libertad" sin poder conseguirla por la acción interesada de quienes han amasado fortunas non sanctas; la esperanza está puesta nuevamente en la juventud, no hagamos con ellos lo que hicieron de nosotros.
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