Hay expresiones que vienen a la memoria y uno las utiliza a veces sin saber a ciencia cierta de donde provienen, alguien habrá dicho en algún lugar que los miserables creen que quienes los rodean son de su misma condición, ven al mundo con los ojos de su propia condición. No soy psicólogo pero por ahí escuché que generalmente proyectamos sobre el otro aquello que no queremos ver sobre nosotros mismos.
Son simplemente frases que no pretenden tener un viso de verdad absoluta, simplemente vinieron a mi mente cuando leí y escuché los comentarios de tan preclaros pro hombres y mujeres de nuestra nación, estoy hablando de Morales Solá, Rosendo Fraga, Sarló y tantos otros que pululan como moscas en torno a los medios generadores de mierda de la cual se alimentan, proyectan su miseria sobre el conjunto de la sociedad para expiar sus propias debilidades, sus odios y miserias.
En realidad no interesan tanto las personas sino lo que expresan, ésta gente tan "brillante", cuidada y, supongo, premiada en grandes foros nacionales e internacionales viven en su propio mundo de cristal para defender las grandes ideas contrarias a las necesidades de los pueblos. Por supuesto que lo que pueda decir desde este simple blog es sólo una opinión que no les mueve el amperímetro, escribo simplemente como trabajador que soy y que ha vivido los "procesos" políticos, económicos y sociales que esta gente defiende y sostiene desde hace años.
Defienden el modelo de exclusión social impuesto a fuerza de represión, terrorismo, impunidad, hiperinflación , flexibilización laboral, genuflexión ante el FMI, privatizaciones, etc. que, comenzado en 1976 (con los prolegómenos de 1975) llegaron de la mano de Menem y Cavallo hasta diciembre de 2001.
Decía que no interesaban las personas sino el pensamiento que expresan, justamente lo que está detrás del fárrago de insolencias, canalladas y miserabilidades que escriben a diario y que, en este momento de dolor ha recrudecido, es su ideología neoliberal, la defensa de la exclusión social, la teoría del fin de la historia y de las ideologías, achicar el Estado (de todos) es agrandar la Nación (para pocos), la defensa de los intereses de la oligarquía argentina (que existe) subordinada a los mandatos de los organismos internacionales en contra de los intereses de las mayorías populares.
Como nunca ven mas allá de sus narices, encerrados en sus muy confortables jaulas de cristal quieren ahogar el clamor popular, el fervor demostrado en estos días de dolor y luto con un fárrago de palabras vomitadas propio de quienes tienen mierda en las venas.
No se dieron cuenta ni quieren ver al pueblo en la calle, le temen, y de allí su eterno odio de clase a la cual ni siquiera pertenecen mas que como empleados y escribas solícitos ante lo que pida la patronal de turno.
La movilización protagonizada en estos tristes días demostró el fervor popular de quienes se sienten realmente reconocidos en el proyecto, porque lo saben a diario, desde su cotidianeidad mas allá de las mentiras y miserias pregonadas desde los medios hegemónicos.
Pero todos estos intentos de confusión y operaciones montadas por los monopolios se chocaron con una realidad que se empecinan en negar, la del pueblo movilizado, por mas que sigan mirando el féretro para saber que contiene, el espíritu ya está reencarnado.
Como si se tratara de un Cristo del siglo 21, no hubo que esperar tres días para la resurrección, el mismo día el pueblo lo hizo carne en su protagonismo ejemplar y levantó las banderas del líder para continuar la lucha.
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