Diciembre de 2001, el neoliberalismo intensifica su plan de hambre y exclusión social, la sociedad argentina, víctima de sus propias construcciones políticas, asiste impávida y casi sin reacción ante el brutal saqueo que se suceden con cada plan económico. La palabra mágica es "ajuste" y sabemos que su aplicación era para esa mayoría de la población que solventaba la buena vida menemista, ¿qué nos había pasado en el medio?, ¿porqué tocábamos fondo de esa forma tan oprobiosa y que nos dejó al borde de la disgregación social?.
Había pasado el neoliberalismo, pasaron 26 años de prácticas dinamitando la construcción social argentina que se había gestado laboriosamente desde los primeros esbozos industrialistas del '30 a la incorporación de las masas peronistas en los 40/50.
Transcurrieron dictaduras de todo tipo y género que buscaron dinamitar la particular y compleja dinámica de la sociedad argentina, una sociedad que se debatía entre industrialismo y reprimarización de la economía, entonces y a través de la última dictadura, eligió el terror estatal para reeducarse en las "virtudes" del neoliberalismo.
Entonces y como inicio, la dictadura cívico-militar del ´76, aplicó el mas siniestro terror, la vida estaba en juego y no había nadie en quién confiar, un profundo repliegue propio de ese terrorismo llevó a la ruptura de lazos sociales antes bien aceitados. La desaparición, los campos de concentración, el no te metás y la soberbia milica y policial en las calles sometieron fuertemente a una sociedad que se aislaba y no alcanzaba a recomponer su historia de lucha. Las cosas se ponen fuleras y en su repliegue ese mismo neoliberalismo va a mimetizarse a través de un nuevo terrorismo, la hiperinflación, volteando gobiernos e imponiendo condiciones un nuevo régimen comienza en 1989.
De la mano de un partido popular, las corporaciones dictan sus propias políticas desde el Ministerio de Economía que es entregado llave en mano a los dueños del país (Bunge & Born).
Pero nada alcanza, la avidez del neoliberalismo requiere todo tipo de mercantilización de la vida y así llegamos a la total pérdida del capital social acumulado en las otrora empresas del estado.¿Y porqué no un poco más?, entonces era necesario seguir profundizando el modelo de exclusión social a través de la flexibilización laboral y el total desmantelamiento del estado en cuestiones sociales.
Pero ese Estado "mínimo" requerido por los grandes teóricos del neoloberalismo era el Estado "máximo" a la hora de reprimir la protesta social.
Y ese individuo que le hace frente a la brutalidad terrorista del estado neoliberal argentino del 2001, representa la búsqueda de un camino distinto, un camino que incluya a las masa hambrientas de ese nefasto experimento ideológico y hasta casi clasista que conformó y nos marcó durante 26 aciagos años.
Nunca es tarde para recuperar la memoria y la historia desaparecidas, y nunca es tarde para que esa misma sociedad viva la alegría y el orgullo de su bandera ondeando en lo alto mientras ve como aún es posible reconstruir un tejido social basado en otros valores.
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