Memoria, a propósito del 24 de marzo

Es oportuno recordar en cada 24 de marzo no sólo las caras visibles del golpe de estado (Videla y cía) sino poner en claro que las verdaderas intenciones del golpe de estado tuvieron consecuencias funestas para la sociedad argentina que se pueden sentir hasta el día de hoy; visto de esta forma podemos decir que hubo una profunda revancha de clasista cuya intencionalidad era la ruptura de un modelo de desarrollo (acumulación) en el cual la inclusión social de la mano de la sustitución de importaciones garantizó tanto la posibilidad de empleo, la reducción de la pobreza, el acceso a la educación y el consiguiente correlato en el ascenso social. De esta manera y en un proceso iniciado en los '30 y profundizado en las políticas sociales del primer peronismo, la sociedad argentina se presentó como una de las mas igualitarias de latinoamérica. El golpe de estado viene a romper con este modelo y lo hace a través de políticas económicas que rompen con el modelo de acumulación productivo anterior vía especulación financiera, la represión directa y planificada desde el estado terrorista, el silenciamiento de todo disenso para el cual contó con amplios sectores de los medios de comunicación. Podemos decir que fue el punto de partida de las políticas neoliberales que luego se profundizarán hacia los '90 y harán eclosión en la crisis de diciembre de 2001. Desde la asunción del gobierno de Kirchner se comenzaron a poner en marcha políticas de inclusión social para comenzar a revertir el estado de anomia y casi fractura social en que se encontraba la sociedad post crisis (con su secuela de represión y muerte durante el mismo duhaldismo). No es menor que grandes medios que se beneficiaron con la dictadura (p.ej.: Papel Prensa y Clarín) se encuentren hoy día realizando todo tipo de campañas en contra de las políticas del estado que intentan revertir la concentración de los medios (Ley  de medios, reestatización de AFJP, pago de deuda con reservas, activa política de derechos humanos y enjuiciamiento de los represores, etc) y en este sentido es vergonzoso ver el papel de desinformadores públicos que cumplen la mayoría de los que dicen llamarse "periodistas" de esos medios "independientes" (Biasatti, Silvestre, TN, Santillán, etc y una larga lista de mentirosos a sueldo que trabajan para confundir a la población). Hoy mas que nunca se trata de defender lo que hemos conseguido para seguir avanzando y recuperar las posiciones que hemos perdido con todos los que realmente componen el campo popular.